Andalucía ha remitido ya al Ejecutivo central sus propuestas para la desescalada, que ponen el acento en uno de los principales motores económicos de la región y, por extensión, de todo el territorio español: el turismo. Así, la idea es que tras la experiencia positiva del uso de los hoteles como recintos medicalizados para enfermos o para alojar a sanitarios y otros colectivos de riesgo, los establecimientos hoteleros estarían en condiciones de reabrir sus puertas en la primera quincena de junio y tratar de recuperar una cierta normalidad estival.
La Junta de Andalucía no oculta su «deseo» de que las playas puedan acoger bañistas este verano, aunque sea con restricciones de aforo y bajo vigilancia para mantener las distancias de seguridad. Aunque todo dependerá, según indicó el vicepresidente autonómico Juan Marin (Cs), de la decisión final del Ministerio de Sanidad. Los ayuntamientos también tendrán que pronunciarse al respecto, dado que son los competentes en la materia. Pero el primer paso para el sector sería la reapertura de los hoteles. «Los hoteles necesitan clientes, y éstos llegarán cuando haya cierta facilidad de movilidad», apostilló, «entendemos que eso podría ser ya en junio».
Para Marín, los hoteles «lo tendrán más fácil» para acondicionar sus instalaciones. El problema, detalló, radicaría en las zonas comunes, como piscina, gimnasio, zonas infantiles o comedor, ya que en las habitaciones convivirían personas que ya residen habitualmente juntas. Una de las ideas es que, por ejemplo, los desayunos, comidas o cenas sean individuales o en las propias habituaciones.
Semanas antes de los hoteles sería el turno, según esta propuesta, de los bares y restaurantes, que tendrían varios días de adaptación a las nuevas normas. El calendario andaluz contempla recomendaciones como, por ejemplo, no compartir platos ni cubiertos; varios turnos de comidas a fin de dar tiempo a desinfectar las mesas o filtros en los sistemas de climatización. El tiempo máximo de permanencia en un bar o restaurante sería de 30 minutos para desayunos y 90 minutos para comida y cena.