La Dirección General de Salud Pública del Servicio Extremeño de Salud (SES) ha extendido a 13 las marcas que están involucradas en un presunto delito contra la salud pública y fraude por la venta del supuesto aceite de oliva virgen adulterado que comercializaban en garrafas de 5 litros en mercadillos, locales y gasolineras en Extremadura y Andalucía.
Tal y como señala FACUA, la alerta alimentaria ha dado lugar a la inmovilización de alrededor de 68.000 litros de aceite que se iban a vender de manera fraudulenta y que contaban con un etiquetado erróneo. De hecho, se ha procedido a analizar el aceite, en algunos casos, para ver si era apto o no para el consumo humano.
Así, según las últimas investigaciones, se ha revelado que el aceite de oliva virgen comercializado con la marca ‘La Campiña de Andalucía’, examinada en Madrid, se vendió en Badajoz y Puebla de Sancho Pérez, y contiene aceite lampante, no apto para consumo humano.
Este es aceite de oliva virgen de peor calidad que otras variedades y que está destinado a la refinación para su uso industrial. No obstante, también puede ser un aceite lampante aquel que no es apto para el consumo debido a deficiencias en el proceso de elaboración, por lo que presenta valores de acidez o parámetros que no recomiendan su ingesta.