No es una persona con hambre, son decenas de personas con hambre; centenares, miles, millones. Son más de 52 millones quienes sufren subalimentación crónica en Oriente Medio y el Norte de África, (una zona denominada NENA y que comprende 20 países de la región), según detalla el Panorama Regional de Seguridad Alimentaria y Nutrición en Oriente Medio y el Norte de África, publicado este miércoles por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Lejos de reducirse, esta cifra de millones de estómagos vacíos e inanición crece con los años. «El hambre aumenta a la vez que los conflictos y las crisis prolongadas se extienden y empeoran desde 2011», informa la FAO. De ese año hasta 2017 ha aumentado el hambre en siete millones de personas que padecen una privación crónica de alimentos.
La violencia sigue siendo el principal impulsor del problema. «Más de dos tercios de las personas hambrientas en NENA, aproximadamente 34 millones, viven en países afectados por conflicto», informa la agencia. Esto pone en evidencia las consecuencias de las luchas intestinas en la sociedad civil. El texto detalla que la mayoría de los afectados están en Irak, Libia, Siria, Sudán y Yemen. «No es una situación nueva. Las últimas estimaciones muestran que en el periodo de 1999 a 2001, el 58% de las personas que sufrían de subnutrición en la región del NENA vivían en los mismos cinco países. Esa parte ha crecido de manera constante durante 16 años, y entre 2015 y 2017 ha aumentado a 65%», matiza el estudio, en el que se destaca que en estas circunstancias de violencia empeora el retraso en el crecimiento, el bajo peso para la estatura (emaciación) y la malnutrición.
Países de la zona NENA
Algeria, Arabia Saudi, Bahrain, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Iran, Iraq, Jordania, Kuwait, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Oman, Palestina, Qatar, Sudan, Siria, Túnez y Yemen.
“El impacto del conflicto ha provocado disrupciones en la producción alimentaria y ganadera en algunos países, lo que, a su vez,