Aunque desde la antigüedad se han utilizado las plantas aromáticas con fines terapéuticos, es cierto que actualmente los aceites esenciales han adquirido una gran variedad de aplicaciones, como su uso en el sector de la cosmética, como saborizantes, para favorecer la relajación o para aliviar dolores musculares, entre otros.

En este sentido, los aceites esenciales son extractos botánicos «que contienen diversos químicos, la mayoría de naturaleza aromática, con diferentes propiedades a la hora de utilizarlos como cosmético o suplemento natural», explica a 20minutos el doctor Juan García-Gavín, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y dermatólogo de la clínica Pérez & Gavín dermatólogos.

De esta manera, los aceites que actualmente se comercializan se extraen de las flores, las hojas, las semillas o las frutas «con el fin de capturar la esencia aromática de las plantas de las cuales provienen» y cuyo resultado es un «aceite muy concentrado que se puede inhalar, aplicar mediante masajes o agregar a lociones», detallan los especialistas de la Clínica Mayo.

Dependiendo de la especie utilizada para la extracción los potenciales beneficiosos serán diferentes, pero «en general presentan propiedades antiinflamatorias, reparadoras, antioxidantes y antibióticas«, añade el doctor Juan García-Gavín.

Una vez extraídos de las plantas aromáticas se destilan,

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