Para tratar el chagas, un mal que padecen siete millones de personas en el mundo —la mayoría sin saberlo—, son necesarios dos meses de terapia. Es eficaz, pero con frecuencia causa considerables efectos secundarios; tales, que alrededor de dos de cada diez pacientes tienen que abandonarlo y exponerse a una enfermedad potencialmente mortal.

¿Pero y si no hiciera falta tanto fármaco? ¿O no tomarlo durante tanto tiempo? Es una hipótesis que los investigadores llevan tiempo barajando con pruebas empíricas. Por primera vez, un ensayo clínico controlado respalda esta teoría. En tan solo cuatro semanas, incluso con la mitad de dosis, el resultado en los pacientes que han participado en la investigación es igual de bueno que con el tratamiento tradicional. Y los efectos adversos se reducen drásticamente: solo entre un 0 y un 7% de los participantes ha sufrido alguno, y ninguno tan grave como para tener que abandonar la medicación.

Los resultados del estudio, liderado en Bolivia por la iniciativa Fármacos para Enfermedades Desatendidas (DNDi, por sus siglas en inglés), acaban de darse a conocer este jueves. Pueden convertirse en un punto de inflexión para tratar una de las catalogadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como dolencias olvidadas: las que afectan a millones de personas vulnerables y contra las que no se destinan los recursos necesarios.

Por eso, la investigación de nuevas moléculas más efectivas y con menos efectos secundarios es una empresa en la que pocas compañías se embarcan: no suele resultar rentable. Los investigadores buscan mejoras con lo que ya tienen. Esa fue la premisa para esta investigación, en la que se sigue usando un fármaco ampliamente conocido, el benznidazol, con una gran eficacia (80%), pero que tiene margen de mejora en su seguridad. De ratificarse estos resultados con grupos mayores de enfermos se podría generalizar una nueva terapia que no requiere de ningún descubrimiento farmacológico y además ahorra dinero, ya que es necesario menos tratamiento.

El tratamiento existente contra el chagas es efectivo, pero dos de cada diez pacientes ha de abandonarlo por los efectos secundarios

Esto es particularmente importante para muchos de los países endémicos que,

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