Antes de que salga el sol, ya estamos todos en pie repasando todo lo que ya hemos mirado quinientas veces, pero es tanto material, tantos procedimientos y tantos equipos que siempre hay algún detalle que se nos pasa… y no te das cuenta hasta que llegas a una aldea sin cobertura de teléfono a cuatro horas del hotel donde está todo el material. Por ejemplo, de que a la caja del equipo siete no le pusimos suficientes gasas, a la caja del equipo 12 le faltan pilas para el lector de serologías… ¡Pero así es el trabajo de campo!

La administración masiva de medicamentos durará aproximadamente una semana. Diariamente cada equipo visitará y tratará una de las tres o cuatro aldeas que hay por comarca. Así, al cabo de cuatro o cinco días todas las aldeas deberían estar tratadas y los días sobrantes da la semana se usan para el mop-up, es decir, se vuelven a visitar rápidamente las comunidades para buscar a miembros que no estaban presentes el día de la administración masiva.

Cada día, los supervisores salimos cada uno con un vehículo a visitar a los equipos y ayudar a activarlos: ayudarles a ponerse en marcha y organizarse rápidamente, o a modificar ciertas prácticas para que el equipo sea lo más eficaz posible.

Al llegar a las aldeas, el jefe del equipo da una explicación o tok save (talk del inglés –hablar– y save del verbo saber) a la comunidad de lo que se va a hacer ese día y cómo vamos a proceder. Siempre intentamos que haya miembros del equipo de cada aldea para que sean conocidos y familiares del lugar, lo que facilita mucho las cosas. En seguida aparecen niñas y niños portando sillas y mesas de la escuela para que podamos sentarnos y organizarnos, después traen contenedores y botellas viejas con agua potable, colocan todo bajo la sombra de algún árbol y comienza el trabajo.

Los miembros de la comunidad hacen fila para registrarse en el censo que hicimos meses antes de comenzar —visitando casa por casa y preguntando cuántas personas viven dentro—,

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