El desmontaje del estadio Vicente Calderón, feudo del Club Atlético de Madrid hasta 2017, para levantar un nuevo barrio ha reavivado el debate sobre el destino de los residuos de construcción y demolición y su impacto en el medio ambiente. En el caso de la antigua casa colchonera, los desechos resultantes se están segregando en función de su naturaleza (vidrios, metales, cerámicos, cartón-yeso…). «En el caso del hormigón, elemento principal del estadio, se ha instalado en el propio solar una planta de tratamiento de forma que se transforma in situ con todas las garantías normativas para ser reutilizado en los rellenos y terraplenes del ámbito Mahou-Calderón», confirman desde el club Atlético de Madrid. La construcción circular, que aplica los principios de la economía circular al sector de la edificación, se ha tenido en cuenta en otra de las obras faraónicas de la capital, la del Centro Canalejas, que lleva a cabo OHL y que está transformando un edificio histórico en un hotel, apartamentos y tiendas de lujo. Durante la fase de demolición y estructura de este proyecto, se han gestionado todos los residuos a través de plantas autorizadas por la Comunidad de Madrid, valorizando sobre todo el hormigón, el material cerámico y la madera. Asimismo, explican en OHL, todas las tierras se han utilizado para la restauración de un espacio natural en Alcalá de Henares.

A pesar de estos dos ejemplos, el volumen de desechos constructivos que acaba en el vertedero sigue siendo demasiado alto. La construcción genera más de 500 millones de toneladas de residuos al año en Europa. Esto representa ya un 30% de los 2.500 millones de toneladas de desechos anuales que produce la UE, según Construcía. Es un reto que viene de lejos. En 2008, el Parlamento Europeo se fijó como objetivo que los Estados miembros comenzaran a tomar las medidas necesarias para reducir hasta el 70% de los residuos en 2020. Sin embargo, España no está por la labor de reciclar y reutilizar al ritmo de sus socios europeos. Los últimos datos de Eurostat (2016) sitúan la tasa de reciclaje española en torno al 37%,

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