Para la mayoría de las personas, la jubilación marca el comienzo de un deseado (y merecido) descanso después de toda una vida de trabajo productivo. No obstante, en un sistema en el que el trabajo remunerado constituye la principal actividad a la que dedicamos nuestro tiempo, el cese del mismo puede tener algunas consecuencias importantes a nivel vital y de salud.
Declive cognitivo
A esta conclusión llega un estudio publicado en el medio especializado Journal of Economic Behaviour & Organization, en el que los autores analizan el efecto de un programa de jubilación anticipada (el Plan Rural Nacional de Pensiones) puesto en marcha en China en el desempeño cognitivo de sus adherentes.
Para ello, se apoyan en un trabajo previo, la Encuesta Longitudinal China de Salud y Jubilación (CHARLS, por sus siglas en inglés) que incluye una muestra representativa a nivel nacional de participantes de 45 años en adelante.
En esta población, los investigadores encontraron efectos adversos clínicamente significativos en varias áreas de la función cognitiva: específicamente, en aspectos como la recuperación inmediata de recuerdos, la recuperación retardada y en la retención total de vocabulario.
Cese en las relaciones sociales
Este decline en el desempeño es significativo, dicen, ya que algunos de los parámetros (como una puntuación más baja en la memoria de recuperación retardada) son indicadores bastante precisos del riesgo de demencia en personas mayores.