Fuentes del Departamento de Salud achacan el incremento del gasto farmacéutico “a la entrada de nuevos medicamentos más caros que los ya presentes en la oferta y que los desplazan”. “Los nuevos medicamentos de precio elevado toman cada vez más peso dentro de la facturación, implican una tendencia al alza del coste por receta y, consecuentemente, un incremento de la facturación total”, agregan estas fuentes. Los boticarios, por su parte, matizan que, mientras la facturación de sus negocios crece alrededor del 2%, la de la farmacia hospitalaria “alcanza los dos dígitos”.

Desde 2009, el número de recetas dispensadas también ha ido fluctuando al compás del gasto y las medidas de ajuste ejecutadas por las administraciones. Los fármacos con receta administrados por las farmacias comenzaron a caer a partir de 2011, cuando se registró la cifra de 154,6 millones de recetas dispensadas. Desde entonces no se han vuelto a recuperar esas cotas. “Aquí hay dos factores: medicamentos que ya incorporan multimoléculas, que es una combinación de terapias en una sola pastilla. Y, por otra parte, hay una colaboración entre farmacéuticos y atención primaria a la hora de racionalizar la prescripción en la atención a la cronicidad”, explica Joan Calduch, tesorero del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona. Fuentes de la consejería añaden que “el sistema de la receta electrónica ha permitido la implementación de medidas de racionalización de las prescripción y de la dispensación del consumo”.

Con todo, si bien es cierto que el nuevo paradigma pasa por combatir la sobremedica-ción, una de las caídas más acusadas en la dispensación de recetas coincidió con la puesta en marcha de la controvertida tasa del euro por receta, una medida desplegada por el Gobierno de Artur Mas entre junio de 2012 y enero de 2013, cuando fue declarada inconstitucional. En esos años se registró una caída del 7% en las recetas dispensadas, que pasaron de 141,8 millones a 131,9. El cobro de un euro adicional por receta dispensada estaba pensada como elemento disuasorio para evitar la adquisición abusiva de fármacos, pero un estudio del propio Departamento de Salud reveló,

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