Las autoridades congoleñas informaron ayer de que 204.044 personas han recibido desde el 8 de agosto la vacuna contra el ébola preparada por la farmacéutica Merck, que consideran instrumental para contener la actual epidemia. Desde su estallido en agosto del año pasado el ébola ha dejado ya 1.980 personas fallecidas y 2.845 casos confirmados.

Se trata de el segundo caso de epidemia más letal en la historia de la enfermedad, después de un brote en África occidental en 2014-16 que mató a 11.300 personas. La ONU estima que casi 750 niños han contraído el virus desde que República Democrática del Congo declaró el inicio del brote. De ellos, más de 500 han perdido la vida, recuerda el representante de UNICEF en el país africano, Edouard Beigbeder.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos informó el pasado miércoles de que financiará la fabricación de la vacuna contra el Ébola en investigación de Merck & Co Inc llamada V920. Hay otra vacuna de Johnson y Johnson disponible, pero las autoridades aún no la han usado por temor a crear confusión entre una población ya escéptica y a veces hostil. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó el pasado viernes de que el virus del ébola está ya bajo control en la ciudad congoleña de Goma —con casi 2 millones de habitantes y en la frontera con Ruanda—, pero ha resurgido en otras zonas del país.

Extensión a otras zonas

La media de nuevos casos se mantiene constante y tanto las autoridades locales como las organizaciones internacionales no bajan la guardia. Entre los últimos casos confirmados de contagio se incluye una mujer de más de 70 años que no había mantenido contacto con ningún enfermo ni había viajado a una zona a la que hubiese llegado el brote. El jefe del departamento de emergencias sanitarias de la OMS, Michael Ryan, explicó que mujer, residente en el remoto pueblo de Pinga —un territorio controlado por los rebeldes— se había contagiado al ingerir carne o a través de otra fuente animal.

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