Asignatura pendiente en Europa: escuchar al sector de atención a la dependencia

“Para el año 2040, el 30% de la población europea superará los 65 años”. A estas alturas, ya nadie es ajeno a que la transformación de la sociedad generada por la longevidad es un asunto que nos está afectando y que alcanzará cotas aún más elevadas en unos años. Esta supervivencia es un gran logro de nuestro tiempo, sin embargo, para que sea un auténtico éxito, tenemos que asumir nuevos roles que permitan que las personas mayores, del presente y del futuro, puedan vivir confortablemente y con calidad. 

Con este reto tan relevante, el Parlamento Europeo acogió recientemente un encuentro único donde representantes políticos y profesionales del sector privado dedicados al bienestar y los servicios sociosanitarios acercaron posiciones para convergir sobre la necesidad de anticiparse y ponerse manos a la obra. Bajo el título “The Care Industry as a driver of Economic Development and Public Deficit Reduction” (El sector sociosanitario como motor de desarrollo económico y de reducción del déficit público), Bruselas fue el escenario elegido para ponerse en acción a instancias de los organizadores del evento, la Confederación Europea ECHO -principal patronal del sector de la dependencia-, y la delegación ante la UE de Confcommercio International. Y es que los datos son los que son: en Europa viven más de 85 millones de mayores y el Eurostat calcula que, aproximadamente, el 15% de las que superan los 65 años son dependientes, un porcentaje que se eleva al 25% entre los que tienen más 75. De ello se deduce que dependencia y edad están íntimamente relacionados. Apoyando esta idea, el presidente de Confcommercio International, Alberto Marchiori, y su homónimo en la ECHO, Alberto De Santis, incidieron en el incremento progresivo del envejecimiento poblacional en Europa. Esto, junto a la existencia de una población de cerca de 20 millones de personas en situación de dependencia en la Unión Europea, implica la consideración de este sector “como clave en la situación económica actual y futura”, sentenciaron. De ahí se explica la relevancia de escuchar sus propuestas en cuanto a su capacidad para crear inversión y empleo, más aún teniendo como telón de fondo la crisis económica que vive la UE.

Un sector estratégico
En el mundo globalizado actual, en el que la difícil coyuntura económica se ha extendido como la pólvora, este evento cobra especial trascendencia. La atención a la dependencia se posiciona como un sector estratégico en “términos económicos y de generación de riqueza y empleo”, como aseveró José Antonio Echevarría, secretario general de la ECHO y presidente de la FED.
Echevarría tuvo una papel protagonista en este encuentro al presentar un plan europeo de creación de empleo que se deriva de un estudio elaborado por la Fundación Española Economía y Salud. Este análisis propone crear 500.000 plazas sociosanitarias y cerca de 800.000 puestos de trabajo mediante la construcción de las infraestructuras adecuadas. Como afirmó Echevarría, “el volumen de negocio de atención a la dependencia en la UE asciende a 167 millones de euros, que en la actualidad da empleo a mas de 20 millones de personas y tiene una oferta de 3,5 millones de camas sociosanitarias.” Sin embargo, el estudio arroja grandes diferencias entre los países, con un grupo de naciones que superan las 6.000 camas por millón de habitantes frente a otros con una ratio por encima de las 10.000 camas. Este plan pretende “que cualquier país de la UE alcance como mínimo una ratio de 6.000 camas por millón de habitantes, lo que implica la creación de medio millón de camas nuevas”. Acometer esta estrategia, denominada “Salud y Empleo”, supondría una inversión de alrededor de 30.000 millones de euros durante los dos primeros años.

Para la ECHO, la creación de las 500.000 camas sociosanitarias no sólo generará unos retornos superiores al gasto necesario para crear las nuevas plazas, sino que además garantizará la oferta de camas necesarias para la población dependiente. Hoy día, países como Dinamarca (8.146) Países Bajos (10.293), Bélgica, (12.082), Alemania (10.324), Francia, (8.977), Finlandia (10.801), Suecia (13.900), Luxemburgo (10.688), Malta (10.821), Reino Unido (8.609), Hungría (8.290), o Irlanda (6.045) superan la ratio de las 6.000 camas por cada millón de habitantes.

Con más necesidad
España, con 245.927 camas sociosanitarias, sólo alcanza las 5.323 camas por cada millón de habitantes, situándose por debajo de las 7.133 de media en la UE, y necesitaría crear otras 31.251 para alcanzar las 6.000 camas por millón de habitantes.
Además de España, los países que más se alejan de esta ratio son Italia (3.503 camas por millón de habitantes), Letonia (3.017), Polonia (2.326), Bulgaria (1.849) y Rumania (1.209). Italia es la nación que más camas precisaría, 151.817 para llegar a la ratio propuesta, seguida de Polonia (141.553), Rumania (102.314) y España (31.251).
En términos de empleo, el plan impulsaría la creación de 390.000 puestos de trabajo a tiemplo completo en el conjunto de estados miembro y cerca de 375.000 durante los dos años de construcción de las nuevas camas.

En el caso concreto de España, el plan generaría 24.938 empleos en el servicio de atención (17.813 directos y 7.125 indirectos) y otros 24.306 empleos, apunta el estudio.
En definitiva, la ECHO defiende que el plan presentado por el sector generará unos retornos para las administraciones públicas superiores al gasto para invertir en las camas sociosanitarias adicionales necesarias. En el caso concreto de España, la creación de 31.251 camas sociosanitarias de atención residencial, con un coste de 60.000 euros por cama, generaría retornos para la Administración Pública de 4.545 millones en un plazo de 12 años a partir de una inversión privada de 2.268 millones de euros en dos años y un coste del servicio para la Administración española de 4.626 millones de euros. Actualmente, España destina algo más de un millón a la dependencia y el sector genera un volumen de negocio que asciende a 8,9 millones de euros anuales, según concluye el informe.