Vincent Lambert, en una foto tomada en 2015 y distribuida por su familia. AFP/ Vídeo: ATLAS

El hospital de Reims que trata a Vincent Lambert ha anunciado este martes que va a volver a desconectar de las máquinas de alimentación e hidratación que mantienen con vida a este enfermero francés de 42 años, casi 11 de ellos en estado vegetativo y tetrapléjico y cuyo caso se ha convertido en un símbolo en el debate sobre el derecho a una muerte digna en Francia.

“El procedimiento de fin de los tratamientos será realizado a partir de este día (por hoy martes)”, ha informado el jefe del equipo médico que trata a Lambert, Vincent Sanchez, a los miembros de la familia del enfermero en un correo electrónico. Así lo confirmó a este diario su sobrino, François Lambert, quien sin embargo prefirió mostrarse cauto ante la noticia, en vista de que en ocasiones anteriores el proceso fue revertido en el último momento.

“Esta es la tercera vez, a ver qué va a pasar”, dijo en una primera reacción por teléfono. François Lambert es uno de los familiares que más ha luchado por lograr una muerte digna de su tío, algo que afirma era su voluntad aunque Vincent no hizo un testamento vital donde expresara sus deseos. La extensa familia Lambert está enfrentada desde hace años por esta cuestión. Mientras la mujer y tutora legal del paciente, Rachel Lambert, así como su sobrino François y seis de los nueve hermanos de Vincent apoyan que se lo desconecte, los padres de Lambert y otros dos hermanos, católicos tradicionalistas, llevan años luchando en los tribunales para frenar el procedimiento que lo llevará a la muerte en unos días. El lunes, la madre de Vincent, Viviane Lambert, pidió “ayuda” al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, afirmando que a su hijo se lo quería someter a una “eutanasia por su discapacidad cerebral”.

Se esperaba el anuncio del hospital de Reims desde que, el pasado viernes, el Tribunal de Casación abriera la vía a su desconexión,

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