La malaria, que va en retroceso en toda América Latina, se está encontrando varios obstáculos. El mayor de ellos es Venezuela, donde la cifra de nuevos casos asciende al millón de personas, según alertaron a EFE varios científicos del país, que basaron esta situación en la “decadencia” del sistema sanitario del país, un “gran retroceso” que amenaza al resto de Sudamérica.
“Se trata del mayor incremento de malaria que existe actualmente en el mundo por la rapidez y por la cantidad de casos”, dijo la doctora Adriana Tami, de la Universidad de Carabobo (Valencia, Venezuela).
El informe sobre paludismo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó en noviembre del año pasado ya hacía hincapié en la gravedad de la situación, cuando se registraban en Venezuela 400.000 casos. La OMS señalaba como culpables a “la falta de acceso a medicamentos, la debilitación de programas de control de vectores (mosquitos) y el movimiento de población del estado de Bolívar (una de las zonas más afectadas) a otras áreas del país”.
“En 2018, sobre la base de las estimaciones y el progreso de la epidemia, se estimaba a mitad de año que ya hubiera unos 600.000 casos, y creemos que se ha llegado hasta a más de un millón a finales de año”, añade Adriana Tami.
Tami, que también es investigadora del Centro Médico de Groninga en Holanda, subraya que ese cálculo es resultado de un estudio hecho por un grupo de epidemiólogos y científicos que tienen acceso a los datos recopilados por los centros clínicos de vigilancia de las epidemias en Venezuela y en los lugares “donde está la malaria”.
Venezuela aporta el 53%, la mayor cantidad de casos de malaria de toda la región
Esta experta subraya que la historia de la malaria en Venezuela era “de éxitos” porque a mitad de los años cuarenta del pasado siglo afectaba al 80% de la población, pero “después hubo una exitosa campaña de erradicación”,