Aquellos adolescentes que utilizan los dispositivos móviles más de cuatro horas al día tienen una hora menos de sueño diario. Se duermen treinta minutos más tarde y despiertan otros treinta minutos más temprano, comparados con los que están frente a la pantalla una hora o menos, según un estudio de los institutos holandeses de Neurociencias y Salud Pública, presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Europea de Endocrinología. Con la menor exposición a la ‘luz azul’, ésa que emiten los teléfonos, las tabletas y los ordenadores, desaparecían en tan solo una semana los síntomas del trastorno del sueño que comenzaban a padecer, como fatiga, falta de concentración y mal humor. Sobre todo cuando se limitaba el uso durante las noches, cuando afecta más la producción de la melatonina, lo que interrumpe el tiempo y la calidad del sueño.

En España los niños pasan cerca de cinco horas diarias frente a algún tipo de pantalla, lapso que se incrementa los fines de semana, según un estudio de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación. Algo que se repite en los países del entorno. «Los adolescentes pasan cada vez más tiempo en dispositivos con pantallas, y son frecuentes sus trastornos de sueño», afirma Dirk Jan Stenvers, doctor del Departamento de Endocrinología y Metabolismo del Centro Médico Universitario de Ámsterdam, al presentar el estudio sobre los problemas de sueño en adolescentes, en Lyon. «Hemos demostrado que se pueden revertir fácilmente al minimizar el uso nocturno de la pantalla o la exposición a la ‘luz azul’. Según nuestros datos, es probable que estos trastornos sean causados, al menos en parte, por la luz azul de las pantallas».

Los investigadores pusieron gafas a los niños para bloquear los daños ocasionados por el reflejo

El ensayo de la universidad holandesa concluyó que, además de apartar las pantallas a los jóvenes a las horas cercanas a la de dormir,

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