La eclosión de la tecnología ha transformado las relaciones entre padre e hijos. El problema es que estos no saben cómo actuar, sobre todo en casa. Un tercio no se considera como “un buen modelo” para los menores, ya que hace un uso excesivo de la tecnología. Además, un 60% quiere recibir educación digital para gestionar mejor los riesgos que enfrentan sus hijos en el entorno digital, como que se relacionen con desconocidos y que sufran acoso en la red. Esta es una de las conclusiones del primer estudio sobre el impacto de las pantallas en la vida familiar que ha presentado este martes empantallados.com y la consultora Gad3. Y que se ha servido de las respuestas que han dado 1.433 personas con hijos menores de edad.
Los conflictos en casa sobre la absorción que producen las pantallas son habituales. Así lo reconoce el 40% de los encuestados. “Pero en muchas ocasiones nosotros mismos no sabemos cómo estamos haciéndolo con los dispositivos, por eso los padres quieren formarse para hacerlo mejor con sus hijos”, comenta Charo Sábada, decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y experta sobre menores e internet en la Comisión Europea. La mayoría de los padres acude a otros familiares y amigos, además de al colegio de sus hijos, para buscar información. Y el 46% visita webs especializadas. Un estudio de Motorola, publicado en 2018, puso números a la adicción al móvil entre los jóvenes. Un 53% de los millenials (nacidos entre 1981 y 1993) considera al smartphone “su mejor amigo”.
“Los padres y madres tienen que ir más allá de responder si dejan que sus hijos abran o no una cuenta en Instagram o si les regalan un móvil o no; tienen que plantearse qué papel quieren que juegue la tecnología en su familia, pensar a largo plazo”, asegura Sábada. A pesar de estos problemas, el 66% de los encuestados cree que la tecnología está teniendo un papel positivo en la gestión de la familia a través de grupos WhatsApp por ejemplo.