El alzhéimer, cuya incidencia crece año tras año, es uno de los grandes males de nuestro tiempo. Afortunadamente, recientemente se pudo aprobar el primer fármaco que logra con éxito ralentizar su curso: el lecanemab, desarrollado por las compañías Eisai y Biogen.

¿Qué efectos tiene el lecanemab?

Como explica la revista especializada en divulgación científica Scientific American, el lecanemab no es una cura para la enfermedad. Puede tener efectos secundarios serios para algunas personas. Sus beneficios son más modestos de lo que podría pensarse a juzgar por la cobertura mediática que ha recibido, y su precio es muy elevado (y no en todos los países está cubierto por los servicios públicos. Con todo, no deja de representar un hito en una tarea sisífea como parecía la carrera por lograr fármacos para el alzhéimer, que se había topado con estrepitosos fracasos una y otra vez a lo largo de los años.

En el citado medio, el neurólogo especializado en alzhéimer Samuel Gandy, detalla que lo que logra el lecanemab es que «los pacientes tratados con el fármaco se deterioran a una velocidad menor que aquellos que reciben un placebo. Esta ralentización fue estadísticamente significativa en cinco metas preespecificadas [‘objetivos’ a medir en un ensayo clínico, el tipo de experimento en el que se testan los fármacos] diferentes».

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