Las células que degeneran y provocan el cáncer utilizan contra nosotros mecanismos que un día fueron esenciales para nuestra supervivencia. Uno de ellos es el que hace que los embriones no sean atacados por el sistema inmune de la madre, que trataría de aniquilarlos al detectar los antígenos extraños del padre. Para hacer posible la reproducción, una proteína llamada LIF neutraliza selectivamente el sistema defensivo materno para hacer posible la reproducción. Hay mujeres con una mutación que malogra este sistema y son estériles.
Pero esa misma proteína que sirve para salvar un escollo de la reproducción sexual entre mamíferos se convierte en una herramienta con la que los tumores escapan a las defensas del cuerpo. Las células tumorales que expresan con intensidad la proteína LIF apagan las alarmas que hacen saltar los macrófagos y que avisan a los linfocitos T de que tienen que acercarse a combatir las células aberrantes.
Los experimentos con ratones no permiten predecir si un fármaco que funciona en ellos será muy tóxico en humanos
Hace diez años, el equipo que lidera Joan Seoane en el VHIO (Instituto de Oncología Vall d’Hebron) comenzó a estudiar el papel de LIF en el desarrollo de las células madre tumorales, fundamentales en las recaídas y la metástasis. Abriéndose a otras disciplinas como la embriología aprendieron sobre el papel que esa proteína puede desempeñar evitando los ataques del sistema inmune, y tiempo después, partiendo de aquella búsqueda basada en la curiosidad, han acabado desarrollando un fármaco que aún se encuentra en una etapa experimental, pero podría pasar a engrosar el arsenal necesario para combatir los tumores a los que LIF ayuda a progresar. “Hasta ahora hemos visto que algunos de estos tumores con mayores niveles de LIF son el gioblastoma [un tipo de tumor cerebral], el de páncreas o el de ovario, y también hemos visto que son más agresivos y tienen peor pronóstico”, afirma Seoane.
“Es uno de nuestros proyectos más importantes, porque es la primera vez que en el Vall d’Hebron hemos podido llevar un proyecto científico hasta el ensayo clínico”,