La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 80% de las personas infectadas de hepatitis no pueden acceder a los servicios que necesitan, por lo que este viernes ha pedido que los gobiernos inviertan «urgentemente» en tratamientos para prevenir y curar la enfermedad.

En vísperas del Día Mundial contra la Hepatitis, que se celebra cada 28 de julio, la OMS ha publicado un nuevo estudio donde revela que una inversión de unos 6.000 millones de dólares cada año en 67 países de rentas medias y bajas hasta el año 2030 evitaría más de 30 millones de muertes causadas por esta enfermedad.

«Pedimos que los países integren en su sistema de salud universal servicios para tratar la hepatitis y luchar contra esta enfermedad», ha señalado en un comunicado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Actualmente, unas 325 millones de personas viven con hepatitis de tipo B o C, infecciones crónicas que causan cirrosis y cáncer de hígado y suponen el 96% de las muertes causadas por la enfermedad.

Además, cada año estos dos tipos de hepatitis provocan directamente 1,4 millones de muertes, lo que hace que sea la enfermedad infecciosa más mortífera después de la tuberculosis.

Las personas con hepatitis B y C pueden no presentar síntomas en años, pero el hígado se «va dañando de forma lenta y silenciosa, lo que eventualmente suele resultar en cáncer. Esto convierte a esta enfermedad en un asesino silencioso», según ha señalado el director general de la OMS. De hecho, el 60 % de los casos de cáncer de hígado se deben a un diagnóstico tardío de infecciones de hepatitis B y C y a un acceso tardío a tratamientos.

Según apunta la organización, a lo largo de las últimas dos décadas las muertes por hepatitis se han incrementado, «lo cual apunta a una falta de conciencia y acción globales».

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