Acudir a la llamada de su cuidador es con toda seguridad una de las normas de conducta más importantes para cualquier perro y uno de los ejercicios que antes debe aprender tanto para su propia seguridad como para la convivencia cordial por ambas partes.
Su importancia es vital y conviene ponerse manos a la obra cuanto antes, si puede ser desde cachorro, para entrenarlo en esta tarea que debe priorizarse incluso a aprender a sentarse, a echarse o a no tirar de la correa. Lo fundamental, como siempre, es practicarlo con constancia, dedicación y seguir algunas pautas básicas, la inteligencia innata del perro hará lo demás.
Pero antes de ponernos manos a la obra con los ejercicios de aprendizaje conviene conocer los motivos por los que un perro puede ignorar la llamada de su dueño. Puede ocurrir tanto por factores relacionados con la educación del propio perro como por factores externos. Entre los más comunes están:
– Que el perro no haya aprendido todavía a reconocer su nombre de forma adecuada. Es fundamental que antes hagan este aprendizaje.
– Que el perro asocie su nombre con un estímulo negativo. Si utilizamos su nombre para regañarlo cuando no se comporte adecuadamente asociará ese nombre a un castigo o enfado de su cuidador. Por lo tanto,