Uno de los indicadores más importantes para conocer la salud de nuestro corazón son los niveles de triglicéridos. Son un tipo de grasa (lípidos) que están presentes en la sangre y que se almacenan en las células grasas del organismo. «Cuando comes, el cuerpo convierte todas las calorías que no necesitas usar de inmediato en triglicéridos», explican los especialistas de la Clínica Mayo.

Tener los triglicéridos altos en sangre puede incrementar el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca y esto ocurre cuando ingieres de forma regular más calorías de las que quemas, sobre todo de alimentos ricos en carbohidratos.

Una dieta baja en grasas saturadas, deporte y evitar el alcohol

En este sentido, para tener unos niveles óptimos de triglicéridos y mantener un correcto equilibrio, una de las principales recomendaciones de los expertos es seguir una alimentación baja en grasa saturada, reduciendo el consumo de productos como la mantequilla, las carnes grasas, los lácteos enteros, la nata, el aceite de coco, el aceite de palma o la bollería industrial, entre otros.

En su lugar, se aconseja ingerir alimentos ricos en ácidos grasos monoinsaturados, «como el aceite de oliva y aquellos en los que predominen los ácidos grasos omega-3», como pescados azules o las nueces, explican desde la Fundación Española del Corazón.

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