La lucha contra el hambre y la malnutrición se parece mucho al laberinto del Minotauro. Cuando parece que nos acercamos al objetivo, una decisión cambia nuestro rumbo por completo y nos acabamos alejando de él. Otras veces da la sensación de que casi hemos llegado pero, en realidad, estamos caminando en círculos que nunca nos llevarán a destino.

Algo así ha pasado desde que a principios de este siglo numerosos países lograran grandes avances en la reducción del número de personas que no comen lo suficiente. Parecía que habíamos encontrado el camino hacia la salida y, sin embargo, llevamos años dando rodeos. Incluso estamos peor: las cifras del hambre llevan tres años subiendo y otros tipos de malnutrición —como la obesidad— no dejan de aumentar en todo el mundo.

Aun así, son muchos los que parecen haber dado por resuelto el problema del hambre, quizá porque parecía un problema cuya solución ya estaba encaminada. Una gran parte de quienes se dedican a la cooperación y el desarrollo están reunidos esta semana en Bruselas en los European Development Days. Allí se debate sobre desarrollo y cómo combatir las desigualdades, pero la seguridad alimentaria y la nutrición parecen haber pasado a un segundo plano. Lo que complica aún más la salida del laberinto.

Porque la realidad es que tenemos que volver a poner el foco sobre la lucha contra el hambre y la malnutrición, pues erradicarlas es la base del desarrollo, el bienestar y el crecimiento económico. Y también fuente de oportunidades de empleo, estabilidad y seguridad en algunos de los puntos más calientes del planeta.

En colaboración con distintas agencias internacionales, organizaciones de desarrollo y los Gobiernos de más de 25 países, el Programa First (una alianza de la Unión Europea y la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura FAO) ha hecho un alto en el camino para ver cuáles han sido las decisiones que nos han hecho caminar en círculos y analizar cómo podemos volver sobre nuestros pasos para retomar la senda de progreso que habíamos alcanzado.

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