Las pruebas demuestran que lo que podría haber sido un nuevo brote de la Covid-19 en las Islas Canarias, ya en la fase 3, ha sido contenido. La alarma se lanzó después de conocerse que un residente en Lanzarote había dado positivo por el coronavirus. No obstante, cuando las autoridades sanitarias conocieron el contagio de esta persona, que había viajado a Castilla-La Mancha para asistir al funeral de su madre, el hombre ya se encontraba en pleno vuelo de vuelta el archipiélago.

La Guardia Civil fue la primera en entrar en vuelo IB3856 una vez aterrizado en Lanzarote, y en el que viajaron 135 pasajeros y 7 tripulantes. En ese mismo instante, según informó Iberia,

En ese mismo instante, se avisó a la tripulación de la situación y se activaron los protocolos para garantizar la máxima protección del pasaje. Una vez aterrizado el avión, «las autoridades tomaron el control de la situación y se procedió al desembarque de los pasajeros en las filas colindantes en primer lugar, después el resto del pasaje y por último al pasajero afectado».

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Las autoridades sanitarias se hicieron cargo de la situación. Se ordenó la puesta en cuarentena obligatoria de los pasajeros que estuvieron más próximos al afectado durante el vuelo. Una semana después, se llevó a cabo la prueba del PCR para detectar un posible contagio cuyo resultado ha sido, en todos los pasajeros y la tripulación, negativo.

Según ha destacado Iberia, «este resultado viene a confirmar que viajar en avión sigue siendo muy seguro, aún en tiempos del coronavirus». Es el mensaje que también ha lanzado la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC), quienes recientemente recordaron que, a día de hoy, no hay evidencia de contagio alguno a bordo de un avión.

Las medidas de seguridad puestas en marcha,

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