Por fin «una crema de frutos secos 100% libre de azúcar y de aceites vegetales refinados (como el aceite de palma, soja o girasol)». Así se alegró recientemente el dietista-nutricionista Carlos Ríos en su cuenta de Instagram y así se desató la locura por la nueva crema de cacahuete de Mercadona. De pronto, un alimento tan poco habitual en la dieta mediterránea, y que tan buenos momentos ha dado a los paladares norteamericanos, se colocaba como uno de esos productos de referencia bendecidos por los nutricionistas, uno de esos que no hay que perderse. Y con el marchamo de la marca blanca de Mercadona.

La nueva crema de cacahuete Hacendado desató un inusitado interés en redes sociales y, por ende,  la crema cacahuete, venga de donde venga, comenzó a concitar atención. Pero el mismo Ríos pedía mesura. «Por su palatabilidad y alta densidad calórica, mi recomendación es que no sea de consumo diario, sino semanal». ¿A qué venía esta precaución? Pues a que la crema de cacahuete de Mercadona tiene 50 gramos de grasas y 618 kilocalorías por cada 100 gramos, y eso la convierte en una bomba calórica de relojería.

Un par de cucharadas y poco más

Para el dietista-nutricionista de la Academia Española de Nutrición y Dietética Ramón de Cangas, consumir crema de cacahuete a diario no es necesariamente un problema. La clave para beneficiarse de las bondades del producto y evitar los riesgos está en conseguir controlar el consumo. «La crema de cacahuete sin azúcar añadido es un alimento que sí se puede consumir diariamente, y diferentes estudios sugieren que el consumo de frutos secos y otros alimentos equivalentes (como los cacahuetes) no se relaciona con un incremento del peso corporal», dice De Cangas. «Bien es cierto que, por su densidad energética, deben ser consumidos de forma razonable, y por razonable entendemos untar generosamente un par de tostadas o tortitas de maíz, o añadir un par de cucharadas a un yogur. Comer crema de cacahuete sin límite no sería recomendable porque dispararía nuestra ingesta energética y podría incrementar (si se hace de forma frecuente) la grasa corporal»,

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