Uno de las preocupaciones a las que se enfrentan las mujeres cuando se quedan embarazadas es a la ganancia de peso. Por un lado, preocupa la imagen corporal y cuántos kilos quedarán tras el embarazo, y por otro, de qué manera puede afectar a la salud de la madre y a la del bebé ganar más o menos peso del necesario. Aunque variará mucho de una persona a otra, en función de su complexión, ICM, etc., hay un peso máximo y mínimo que se recomienda ganar en el embarazo para evitar complicaciones.

El peso que debe ganar una mujer durante la gestación depende del peso preso que tenía antes de quedarse embarazada. Se considera un peso es normal o normopeso, si el ICM (índice de masa corporal se encuentra entre 18,5 y 24,9). Por encima de este índice, se dice que tenemos sobrepeso, y si es mayor a 30 se considera obesidad. Para calcular el ICM hay que dividir el peso en kilos entre la estatura al cuadrado. Es decir, que si una mujer pesa 55 kilos y mide 1,65, su ICM será de 20,20.

En situación de normopeso, hay bastante consenso en considerar que lo más adecuado, como apunta SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) es aumentar entre 11 y 16 kilos de peso a lo largo del embarazo.

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