Si una correcta alimentación resulta fundamental a todas las edades, para las personas mayores supone un pilar fundamental ya que el impacto de la malnutrición en este grupo de edad, tanto si se trata de personas sanas como con alguna patología, puede suponer un mayor riesgo de contraer enfermedades o de mortalidad.

Y es que aunque los mayores necesiten una menor cantidad de energía y por extensión comer menos, una mala alimentación puede suponer la aparición de deterioro cognitivo, anemias, dificultad para controlar muchas enfermedades y una aceleración de las enfermedades degenerativas.

Por todo ello, Emilia Gómez Pardo, experta en nutrición y doctora en Bioquímica y Biología Molecular, en colaboración con Durcal, la empresa española líder en el desarrollo de tecnología para el cuidado de las personas mayores, aportan seis pautas de alimentación para prevenir la aparición y el desarrollo de enfermedades y promover un envejecimiento activo.

1. Recordar que los parámetros de una alimentación saludable son los mismos para todos, independientemente de la edad

“Sin embargo, es cierto que comer sano se vuelve especialmente importante a medida que nos hacemos mayores, ya que las necesidades nutricionales varían”, señala la experta. “Esto se debe a que el envejecimiento está relacionado con una serie de cambios significativos: deficiencia en algunos nutrientes –Ca,

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