Europa registró en 2024 la mayor incidencia de sarampión en los últimos 25 años, con nada menos que 127.350 casos notificados. De acuerdo con la OMS, este avance de la enfermedad se ha acelerado desde la pandemia de covid-19, y se explica al menos en parte por la cada vez menor aceptación de la vacuna triple vírica.
En este contexto, y teniendo en cuenta que se trata de una patología extremadamente contagiosa, es más importante que nunca asegurarnos de que estamos adecuadamente inmunizados frente a la infección.
¿Cómo se contagia?
Según explica la prestigiosa Clinica Mayo (Estados Unidos) en su portal web, el sarampión es una enfermedad enormemente contagiosa que se transmite principalmente por vía aérea. El virus se aloja en las vías respiratorias altas (nariz y garganta) de las personas, y al estornudar se dispersa a bordo de gotitas en el aire que contienen partículas virales; las personas cercanas pueden inhalarlas y contraer la enfermedad.
De manera parecida, estas gotitas pueden depositarse en superficies cercanas y, si nos tocamos la boca o la nariz tras tocar estas superficies contaminadas, también es posible contraer el virus.
En conjunto, se estima que hasta el 90% de las personas que no cuentan con inmunidad natural a la enfermedad (por haberla superado previamente) o que no se han vacunado desarrollan la infección cuando se exponen a una persona afectada por la enfermedad.