La ruptura de la fuente, también conocida como ‘romper aguas’ o, más técnicamente, ruptura de membranas, suele ser una señal clara del comienzo del trabajo de parto. Sin embargo, no siempre ocurre antes de comenzar este o, por el contrario, puede suceder de forma prematura.

La mayoría de las veces, las causas de la ruptura prematura de las membranas no son claramente identificables. Si se sabe que existen algunos factores de riesgo que aumentan el riesgo de que esto ocurra, como son las infecciones de útero, cérvix o vagina; los embarazos múltiples, los polihidramnios (exceso de líquido amniótico); el uso de tabaco; las cirugías y biopsias previas del cuello uterino y los antecedentes personales de ruptura de membranas prematura.

Su síntoma principal es el clásico ‘romper aguas’, que consiste en la salida de una gran cantidad de líquido por la vagina (ya sea de manera rápida o por filtración). Normalmente, el líquido amniótico es reconocible por ser incoloro y de olor dulce.

Una vez que los profesionales comprueban que efectivamente se ha producido la ruptura de membranas y que la salida del líquido no se debe a otras causas (como pérdidas de orina), la actuación dependerá del momento del embarazo en el que nos encontramos.

Si sucede pasadas las 37 semanas, el bebé está listo para nacer y,

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