Para muchos, una de las peores sensaciones del día tiene lugar en su mismo comienzo: cuando el ‘bip-bip’ (o la radio, o el temazo de turno) nos arranca bruscamente de los dulces brazos de Morfeo, llamándonos a prepararnos para ir a trabajar.
De hecho, no es nada raro tratar de retrasar un poco este doloroso momento aplazando la alarma (el famoso botón ‘snooze’), el famoso «cinco minutos más». «Lo hace casi el 50% de la población, según encuestas», explica a 20Minutos Adela Fraile, coordinadora de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario HM Puerta del Sur.
Sin embargo, esta pereza, que a priori podría parecer inocente, puede evidenciar un problema más profundo de sueño del que quizás no somos todo lo conscientes que deberíamos.
Detrás de la costumbre de aplazar la alarma, a veces directamente sistematizada (¿Quién no conoce casos de personas que se programan varias alarmas sucesivas para levantarse de la cama?) yace una concepción errónea. «El motivo no es otro que una falsa creencia de que así se alarga el ciclo de sueño», desarrolla Fraile.
Y es que, según detalla esta experta, no se prolonga este ciclo sino que «comienza un nuevo ciclo de sueño que no suele ser completo, ya que unos minutos más tarde sonará la nueva alarma,