El ser humano es un ser social por naturaleza al que le gusta establecer lazos con sus iguales pero, ¿qué pasa cuando estamos rodeados de personas que no nos agradan o con las que no congeniamos, pero con las que debemos pasar muchas horas al día como los compañeros de clase o de trabajo? ¿Cómo hacer la situación lo más llevadera posible?

Los expertos aportan diversas estrategias que pueden hacer esta ‘convivencia obligada’ más tolerable para todos:

Aprender a manejar las emociones

Cuando alguien no nos gusta, muchas veces no somos capaces de controlar las emociones que nos despierta pero sí tenemos el poder para manejar la respuesta física y verbal ante esos sentimientos. Los especialistas recomiendan ignorarle y tomar una actitud de tranquilidad y calma. Asegurarse de que la mente esté despejada es la mejor manera para evitar cualquier respuesta irracional.

Si convivimos con compañeros de clase que nos hacen sentir incómodos o incluso pueden llegar a provocarnos de forma intencionada, los expertos sugieren tener bajo control la forma en la que se responde a estas provocaciones. Permanecer en silencio no es sinónimo de debilidad sino de un control férreo sobre las propias emociones. Asimismo, es importante controlar nuestro lenguaje no verbal limitando o minimizando la respuesta física a esos comportamientos que no nos gustan.

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