El ciclista británico Chris Froome, ganador por cuatro veces del Tour de Francia, participó el año pasado en la mítica competición al tiempo que padecía un brote de esquistosomiasis, una enfermedad parasitaria provocada por un gusano llamado bilharzia. Esta circunstancia, al parecer, podría explicar su mal rendimiento en esa ocasión.

La bilharzia es el nombre que recibía antiguamente un género de platelmintos (gusanos planos) causante de la infección más importante por este tipo de organismos en humanos, la esquistosomiasis.

Comprende cinco especies diferentes, presentes en países tropicales de todo el mundo, y que determinan si la enfermedad es intestinal (Schistosoma mansoni y Schistosoma intercalatum), urinaria (Schistosoma haematobium) o intestinal y hepática (Schistosoma japonicum y Schistosoma mekongi). Además, tres de ellas (japonicum, mansoni y haematobium), ocasionalmente, pueden causar lesiones en el sistema nervioso central por la puesta de huevos en el mismo.

La forma más común de contagio es el baño en aguas infestadas, en las que algunas especies de caracol que sirven de huésped depositan formas larvarias o que pueden estar contaminadas por heces de personas o animales infectados. En este contexto, los gusanos penetran la piel gracias a enzimas proteolíticas (capaces de romper proteínas de la piel).

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