Últimamente se habla mucho de relaciones tóxicas, que son aquellas que nos hace daño -o con las que hacemos daño- pero de las que nos es complicado desvincularnos. Aunque hay distintos tipos de relaciones tóxicas o motivos que nos llevan a ellas, puede haber, en ciertos casos, patrones que se repiten, como nos explica Rafael San Román, psicólogo de la plataforma de bienestar emocional iFeel.
¿Qué entendemos por una relación tóxica?
Una relación tóxica es aquella en la que no nos sentimos bien, que nos hace daño, pero que de la que no podemos salir, por distintas circunstancias, “estamos en una relación tóxica cuando no la podemos dejar a pesar de que sabemos que nos hace sentir mal, que no es constructiva, que es destructiva, que no nos alimenta, sino que nos revuelve, nos remueve, no nos deja crecer, no nos deja ser nosotros mismos, nos asfixia, nos aplasta, nos enfada… saca nuestra parte mala, sea una parte agresiva, sumisa…”.
Esa toxicidad puede tener muchas formas, pues, aunque lo primero que se nos viene la cabeza cuando hablamos de relaciones tóxicas son parejas discutiendo, en realidad, cualquier tipo de relación humana es susceptible de convertirse en tóxica, “no solo hay que verlo como la típica escena de dos personas montando un pollo. Hay relaciones tóxicas de amistad,