En muchas ocasiones, el éxito profesional no va unido al éxito personal y la felicidad. La estructura social tiene parte de responsabilidad en esta cuestión, pues apenas hay tiempo y espacio para que, al tiempo que un profesional se forma intelectualmente, lo haga de manera emocional.
Así lo entienden las psicólogas Charo Cuenca y Adriana Marqueta, expertas en visión sistémica, ‘coaching’, gestión de personas y equipos de alto rendimiento, con más de 25 años de experiencia y al frente de la empresa MÁSMENTHE. «El autoconocimiento y la adecuada gestión de emociones contribuye en gran medida a potenciar el éxito en todos los niveles. Como expertas de la psicología vemos necesaria e innegociable la formación en estos aspectos que contribuyan al crecimiento de las relaciones, tanto a nivel interno en la relación con nosotros mismos, como en la relación con otras personas», señalan las expertas.
«Un profesional que desarrolle su inteligencia emocional va a estar más capacitado para desarrollar su labor desde la tranquilidad y alegría principalmente porque va integrando que cada reto es una oportunidad de avance. La gestión emocional es esencial para potenciar talentos, generar sentimiento de seguridad, dotar de herramientas para superar retos, generar motivación en el logro de resultados y contribuir en gran medida en el éxito y bienestar de la persona,