¿Has oído hablar alguna vez de la sal yodada o la has consumido? Se trata de sal de mesa mezclada con una pequeña cantidad de sales de yodo para evitar su deficiencia en nuestro organismo, ya que es un elemento que no produce nuestro cuerpo.

En este sentido, el déficit de yodo puede suponer «un problema de salud grave», sobre todo en bebés y niños pequeños, puesto que es un mineral indispensable para su desarrollo. «En los adultos, el déficit de yodo se relaciona principalmente con enfermedades de la tiroides como el bocio«, recogen en el portal de dietistas-nutricionistas Alimmenta.

Qué alimentos contienen más yodo

Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), las personas adultas necesitan 150μg de yodo, mientras que en niños estas cantidades varían de los 70 a los 130μg, según la edad. Por ello, las autoridades han legislado la cantidad de yodo que debe contener la sal, debido a que un gran porcentaje de la población necesita una fuente adicional de este mineral, que está en cantidades pequeñas de los alimentos.

Un déficit de yodo en personas adultas puede derivar en problemas de la glándula tiroidea, como el hipotiroidismo. Asimismo, puede ocasionar problemas en el feto, como parto prematuro o malformaciones congénitas,

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