Contar a nuestros hijos la verdad sobre los Reyes Magos es un tema tan delicado como hablarles de sexo, nunca encontramos ni el momento adecuado ni la forma de hacerlo. En parte, porque son los padres los que no están preparados para asumir que su hijo crece o por temor a que su hijo les reproche haberle mentido o incluso que termine con su ilusión por la Navidad. Pero como ese momento llegará tarde o temprano, es mejor que les pille con los deberes hechos y tomen nota de algunos consejos que los psicólogos recomiendan para ese temido momento.Más que de la edad en sí, depende del grado de madurez del niño, y no todos los niños maduran a la misma edad. Lo que sí está claro es que no deben enterarse por otra persona que no seamos nosotros, así que, en cuanto veáis que tienen la más mínima sospecha, que empieza a hacer demasiadas preguntas comprometidas o directamente os pregunta porque algún amigo se lo ha dicho, sea cual sea su edad, hay que contárselo. De lo contrario, en un futuro sentirá que le habéis traicionado y tendrá menos confianza en vosotros, algo crucial en la próxima etapa de su vida, la adolescencia.‘Chivatos’ aparte, si los niños todavía conservan la ilusión y creen en los Reyes Magos, los psicólogos coinciden en que la edad idónea para desvelar el secreto está entre los 7 y los 11 años, aunque es raro que un niño más allá de los 9 o 10 años siga creyendo en ellos sin platearse nada. Y es que, a partir de los 7 años los niños empiezan a cerrar la etapa del pensamiento mágico, que se desarrolla entre los 2 y los 7 aproximadamente. En esa etapa los niños gozan de una creatividad asombrosa que les lleva a confundir a menudo la realidad y la ficción. A partir de esa edad se empiezan a cuestionar muchas cosas, y una de ellas es la existencia de los Reyes Magos o, al menos, cómo actúan, cómo son capaces de llevar tantos regalos a la vez, etc. Hasta los 11 años más o menos, se desarrolla el razonamiento abstracto, por eso los expertos aseguran que es la edad idónea para hacerlo.Esta es la parte más delicada, por eso es mejor que el momento no nos pille desprevenidos. Cada padre conoce mejor que nadie a su hijo,

 » Más información en 20minutos.es