La ecuación en la que aparezca fruta, verano y perder peso sin duda atrae el interés de muchas personas. La fórmula no puede ser más idónea: sobrellevar las altas temperaturas comiendo una fruta que además combate la retención de líquidos. Y lo mejor de todo es que hablamos de un alimento que en España es asequible y está presente casi todo el año, siendo su mejor momento el mes de junio.
Estamos hablando de la piña, cuyos cultivos originarios y más extensos, como ocurre con otras frutas tropicales, se concentran en Latinoamérica, principalmente entre Brasil, Paraguay y Argentina. Sin embargo, su llegada a Europa así como a zonas de África o Asia tuvo lugar a partir del siglo XVI.
En España, los noventa fueron los años de la piña como postre, cortada al natura, servida en rodajas o acompañando un helado. Y sigue todavía siendo una opción en muchos restaurantes especialmente cuando empieza el verano, compitiendo así con otras frutas estrella de la temporada, como pueden ser el melón o la sandía. En los últimos años se han ido descubriendo sus potencialidades y así ha transitado desde la hora del postre a los desayunos, como una opción estupenda a primera hora del día.
En la actualidad, la piña es una de las frutas más recomendadas en una dieta saludable porque su valor nutricional en una ración de 100 gramos asegura una fuente potente de fibra y muy poco contenido calórico.