Lo que ocurre en la infancia y cómo aprendemos y se nos enseña a gestionarlo durante esos años deja una huella imborrable en la vida adulta. Por ello, dicen los expertos, el papel de los padres es fundamental para aprender a gestionar y modular las emociones, sobre todo las negativas derivadas de situaciones complicadas; y prevenir posibles problemas de salud mental en el futuro.

¿Qué tipo de padres podemos llegar a ser? Los especialistas señalan que hay dos elementos fundamentales que determinan el estilo parental: por un lado, el afecto, “entendido como las muestras de cariño y la comunicación entre padres e hijos”, y la firmeza, el control o la puesta de límites y normas por parte de los progenitores. El nivel en el que se dan estos dos componentes determina el tipo de estilo parental, que puede ser de cuatro tipos: autoritario, permisivo, negligente o democrático.

¿Qué define a cada uno de estos estilos parentales? El estilo autoritario presenta un alto nivel de firmeza y baja amabilidad. “Los padres que ejercen esta educación no tienen comunicación con sus hijos, no permiten que estos negocien con ellos y se sienten cómodos utilizando el castigo”, explican los expertos de Ginso, Asociación para la Gestión de la Integración Social. “Ante esta parentalidad, los hijos aprenden que el poder da derechos y que es el adulto el que toma las decisiones,

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