El 25 de marzo, a las 21.50 de la noche, llegaba al mundo Luna en el Hospital Infanta Cristina de Parla. Su nacimiento coincidió con los peores días de la crisis sanitaria, justo en el despunte del pico más alto de infectados y fallecidos en todo el país y con la Comunidad de Madrid como epicentro de la epidemia. Un momento convulso dentro y fuera de los hospitales que ocasionó, además, cambios constantes y casi diarios en los protocolos de las maternidades de los hospitales.

“Hasta dos días antes de dar a luz no sabía a qué hospital tenía que ir. Salí de cuentas un fin de semana y cambiaron todos los protocolos para unificar todos los temas de obstetricia en cuatro hospitales de Madrid”, nos cuenta Nuria, la mamá de Luna. “A nosotros nos tocaba ir a dar a luz al 12 de Octubre pero después de ir a monitores a Parla nos dijeron que volvíamos cada uno a nuestro hospital de referencia porque era complicado por volumen unificar todos los partos de Madrid en cuatro hospitales”.

No era el primer parto de esta profesional de la hostelería, adjunta al secretario de organización de hostelería de CC OO, pero el estrés hizo acto de presencia: “Aunque el primer parto fue bueno hay miedos que no se te quitan. A esto añádele parir en un estado de alarma con todo lo que esto conlleva por desconocimiento total y además el tener que ir a un hospital que no conoces”.

A pesar de todo, Luna pudo nacer acompañada también por su padre, Alberto, en el paritorio. “Si me hubiera puesto de parto el día anterior no habría podido estar conmigo porque el protocolo insistía en que no podía haber nadie en la sala de dilatación. Ha cambiado todo en poco tiempo y en este caso porque las matronas se pusieron un poco en pie de guerra porque las mujeres no dilataban, estaban nerviosas y asustadas. Estar pariendo sola es muy triste”, explica Nuria.

En la actualidad estos protocolos, como nos cuentan desde la Asociación de Matronas de Madrid, se han flexibilizado, incluso si la embarazada está afectada por la Covid-19: “Inicialmente las recomendaciones fueron muy restringidas en lo que se refiere al acompañamiento de la mujer embarazada, contacto piel con piel e incluso alimentación del neonato. Actualmente hay consenso en asistencia al parto en gestantes con COVID-19 confirmado,

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