La OMS recomienda que los bebés se alimenten exclusivamente de leche materna hasta los seis meses y que a partir de esa edad se vaya incorporando la alimentación complementaria sin abandonar la lactancia materna hasta los dos años de edad. A partir de estos dos años, no hay límite, pues este organismo recomienda que la lactancia materna se prologue tanto como la madre y el niño quieran. Todo lo que se amamante a partir de los 24 meses, se considera lactancia materna prolongada, una práctica que, pese a los beneficios probados, apenas se lleva a cabo en los países desarrollados. No hay más que ver los datos de lactancia en España, donde las tasas de lactancia materna en España, aunque están mejorando, no cumplen, ni de lejos estas recomendaciones, pues la tasa de lactancia materna exclusiva a los 6 meses es del 28,53%. y a partir de ahí las cifran bajan.
Además de por problemas de conciliación, muchas mujeres no optan por la lactancia materna prolongada porque todavía giran en torno a ella una serie de mitos. Veamos cuáles son los más comunes.
A partir del año, la leche no alimenta
¿Cuántas veces habéis escuchado que la leche materna a partir del año es poco más que agua? Esta afirmación no solo es falta,