Los responsables sanitarios de las comunidades autónomas dieron la voz de alarma a sus gerencias en cuanto tuvieron la comunicación del ministerio el viernes pasado. El lote de mascarillas FPP2 de la marca Garry Galaxy que había repartido el Ejecutivo central era defectuoso. No protegían como indicaba el envoltorio verde en el que viajaron desde China. Fueron unos 400.000 protectores faciales que se repartieron entre casi todas las regiones, aunque la mayor parte fueron a parar a Cataluña (casi la mitad). Ahora, las comunidades se preparan para realizar test a todos los profesionales sanitarios que usaron estas mascarillas ante el temor de un gran contagio. Serán miles, aunque todavía tienen que saber cuántas se usaron. «Nosotros tenemos decenas guardadas, esperando que lo retiren», explicaba una enfermera de uno de los grandes hospitales de la capital. En Murcia, por ejemplo, se quedaron unas 15.000 sin repartir de un lote de 40.000 mascarillas.

Además de la dispersión geográfica, otro de los problemas reside en que el lote se repartió entre Atención Primaria, centros hospitalarios o residencias. en muchas comunidades El Servicio Navarro de Salud, por ejemplo, reconoció este martes que estaba haciendo inventario; la Región de Murcia señaló que hay mil profesionales en observación y que a la mitad ya se les ha hecho las pruebas PCR pertinentes o que los afectados en el Clínico de Málaga pueden llegar a los 1.500.

También hay 76 infectados en Galicia y quue el ministerio mandó a Aragón unas 15.000 de estas mascarillas defectuosas, cuyo fabricante (autorizado por el Gobierno chino) se ha comprometido a enviar un pedido similar en el tiempo más breve posible. El Ejecutivo, como subrayó la ministra portavoz María Jesús Montero, deja en manos de los centros sanitarios, la decisión de realizar unos test o no a través de «sus programas de prevención de riesgos».

En Castilla y León, han podido hacer uso de estas mascarillas defectuosas unos 2.500 trabajadores de centros de salud y hospitales,

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