Con la llegada de la primavera y a medida que los días se alargan va acercándose el momento del cambio de horario. En principio, podría parecer que se trata de un simple trámite, y normalmente así es: sin embargo, en algunos casos puede tener algunos efectos perjudiciales para la salud.
Efectos cardíacos, endocrinológicos, anímicos…
Lo que tenemos que tener en cuenta es que el cambio de horario no simplemente supone una hora menos de descanso y un mayor aprovechamiento de la luz solar; en realidad, el cambio de horario trastoca toda nuestra actividad y nuestras rutinas.
Esto altera, al mismo tiempo, los ritmos circadianos: la alternancia entre sueño y vigilia, un fenómeno con importantes implicaciones a distintos niveles pero especialmente endocrinológicas. Como es lógico, esto puede a su vez perjudicar de manera importante a la calidad del descanso, tan determinante en nuestro bienestar, y a la regulación hormonal del apetito.
Así se explica, por ejemplo, que se registren más accidentes isquémicos (eventos cardiovasculares provocados por un bloqueo en un vaso sanguíneo) en los días inmediatamente posteriores. tal y como recoge un estudio publicado en el medio científico Neurology.
Igualmente, ese cambio brusco en la rutina puede afectar severamente al estado de ánimo. En este sentido, algunas investigaciones han relacionado los cambios horarios con un aumento en las consultas por episodios depresivos,