Dicen los datos que la sanidad madrileña es la que más denuncias acumula: de 13.454 en España, 3.104 el pasado año fueron en Madrid, según la memoria de la Asociación Defensor del Paciente. Por detrás va Andalucía con 2.593 casos y en tercer lugar Cataluña, con 1.966. Por servicio y especialidad, en orden, cirugía general, listas de espera, traumatología, transporte sanitario y ginecología y obstetricia fueron las que más quejas acumularon el pasado año. Por centros, el Hospital 12 de octubre, seguido de la Fundación Jiménez Díaz, el Gregorio Marañón, La Paz y el Ramón y Cajal.

Carmen Flores, que preside la organización, asegura que esas cifras «podrían multiplicarse por 100 para acercarse a la realidad». Está convencida de que lo que les llega es solo «una ínfima parte de lo que sucede». Ocurre, sobre todo, en torno a las listas de espera, una cuestión opaca con la que profesionales, sindicatos y oposición vienen batallando desde hace años.

Según la memoria, es el ámbito con más «trucos»: «Para que baje, llaman al paciente, les dicen que las agendas están cerradas y que ya le llamarán cuando las abran. En ese momento el paciente está esperando, sin embargo desaparece de la lista y deja de contabilizar». Otra «artimaña», cuenta Flores, es que los pacientes «se ven casi obligados a optar por hospitales privados porque se les dice que los públicos de referencia tienen demoras larguísimas. Entre esperar ocho meses o esperar uno, la gente prefiere uno, y acaban en lo privado».

Madrid puso en marcha una estrategia en 2016, un Plan Integral con el único objetivo de reducirlas con una duración de cuatro años. Sin embargo, según un informe de la Cámara de Cuentas del pasado diciembre, la Comunidad solo gastó el 1,4% del presupuesto inicial de ese plan en 2018: 889.000 euros de 61,5 millones. «El anuncio de un nuevo plan de choque de listas de espera es indicativo de que el anterior ha fracasado al no cumplir sus objetivos. Pero parece un tanto banal puesto que no especifica el coste,

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