Lo que sobre el papel aparecía como un litigio laboral, a dirimir en un tribunal del este de Inglaterra, ha acabado derivando en una sentencia de imprevisibles consecuencias que reconoce al veganismo como «una creencia filosófica» y merecedora de protección legal. El acicate del dictamen anunciado el viernes fue la querella presentada por Jordi Casamitjana contra su despido de la organización animalista League Against Cruel Sports, que considera discriminatorio y atribuye a su radical oposición a cualquier tipo de explotación animal. Este zoólogo catalán, de 55 años y nacionalizado británico, explica en esta entrevista con EL PAÍS las razones de una campaña que contado con el esencial apoyo del crowdfunding.

Pregunta. El juez ha determinado que el veganismo merece el amparo de la ley de Igualdad aprobada en 2010 contra la discriminación por motivos de raza, embarazo o sexo, entre otros. ¿Pensó que su causa llegaría tan lejos?

Respuesta. Cuando me despidieron no conocía la situación legal del veganismo, pero mis abogados me explicaron que el mío podría ser el primer caso de esta naturaleza y capaz de operar un cambio en la ley. Después de acumular 1.400 páginas de pruebas, me di cuenta de que podía ganar, aunque aún así me sorprendió que el juez fallara el mismo día de su lectura, algo inusual que demuestra el peso de la evidencia

P. La ética vegana ve reconocida su protección legal en el ámbito del trabajo ¿Qué cree que va a significar para los miles de empleados que comparten su filosofía de vida?

R. A partir de ahora, se sentirán más confiados a la hora de expresar su filosofía sin temor a represalias. Muchos lo llevan con discreción por miedo, quizá no a ser despedidos, pero sí a ser tratados de forma diferente. Ahora saben que, en caso de conflicto por discriminación, pueden acudir a los tribunales. Creo que habrá otros países que van a inspirarse en mi caso y que, como resultado, habrá mucho más veganismo en el mundo y que eso beneficiará a los millones de animales que son explotados,

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