El movimiento antivacunas, que ha logrado gran visibilidad en medio de la mayor campaña de inmunización de la historia, está más organizado de lo que parece y tiene decenas de millones de seguidores, advierte el jefe de Salud del Foro Económico Mundial (WEF), Arnaud Bernaert.
El experto francés, con más de dos décadas de experiencia en la industria sanitaria y que antes trabajó en multinacionales como Baxter o Philips, señala que este movimiento opera «de manera similar a los ciberatacantes rusos que lucharon contra la verdad en las elecciones estadounidenses».
«Proceden de la extrema derecha y son movimientos aún muy activos, gestionan cientos de páginas web y tienen estrategias muy organizadas, con al menos unos 60 millones de seguidores en la red», subraya.
Para Bernaert, el principal daño causado por este movimiento ha sido cuestionar la fiabilidad de las vacunas anticovid basadas en adenovirus (formas debilitadas del virus original), como las desarrolladas por AstraZeneca o Johnson & Johnson (Janssen).
«Se han apoyado en un número de casos de trombos ridículo en comparación con el beneficio de estas vacunas, y si éstas empiezan a verse desacreditadas esto dañará sobre todo a poblaciones donde las únicas disponibles son las de AstraZeneca o Johnson & Johnson», subraya.
Otros factores han contribuido a las dudas surgidas en torno a las vacunas,