La Unión Europea está en alerta. El virus procedente de China está empezando a propagarse por Asia e incluso ha llegado a Estados Unidos donde un hombre ha resultado infectado. Ante la urge situación, los aeropuertos de las ciudades europeas han decidido tomar una serie de precauciones para contener el contagio del coronavirus.

A la espera de la decisión que tomará este miércoles al mediodía la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre si se decreta una alerta global por el nuevo coronavirus, las autoridades están tomando medidas en sus aeropuertos para prevenir y alertar de los riesgos de contagio internacional de este virus que -ya han confirmado- se puede propagar de «persona a persona».

En la UE, Londres y en Francia están separando a los pasajeros que provienen de Asia y en Australia les están tomando la temperatura para advertir cualquier síntoma que haga saltar las alarmas.

Rusia también ha reforzado el control sanitario en «todos los puntos de control en las fronteras con Rusia, no solo en la frontera con China», dijo la responsable del departamento de vigilancia epidemiológica, Elena Ezhlova. El Gobierno ruso aseguró además que el Ministerio de Salud ha comenzado ya a desarrollar una vacuna y que está en conversaciones con científicos chinos para obtener material biológico a fin de comenzar con la inoculación.

Italia está tomando todo tipo de medidas para prevenir la propagación del virus que ha infectado ya a más de 400 personas, convirtiéndose en un problema internacional. La principal preocupación es que el coronavirus se expanda más allá de Wuhan, la ciudad donde se produjo el brote de infección del cual ya se han identificado síntomas en otros países como Australia, Singapur, Hong Kong, Indonesia, Tailandia, Japón Taiwán y EE UU.

Las autoridades italianas están teniendo máxima precaución en los aeropuertos, donde ha entrado en vigor un procedimiento sanitario para verificar la posible presencia de pasajeros afectados o con síntomas del virus del que todavía no se conoce una cura efectiva.

Aseguran que hay que «tomar decisiones rápidas para evitar la propagación del virus en Europa» y lo equiparan al virus de Sars que causó 800 muertes en todo el mundo entre 2002 y 2003.

El aeropuerto internacional ‘Leonardo Da Vinci’

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