El brote de casos de sarampión en EE UU y en Europa no hace sino constatar una triste realidad: que una enfermedad que se creía casi erradicada está regresando con fuerza. Los conflictos bélicos, la falta de acceso a vacunas en algunos países en vías de desarrollo y el movimiento antivacunas, que paradójicamente toma fuerza en los países aparentemente más avanzados, son algunas de las causas que han incrementado el número de enfermos.

Sin embargo, los expertos españoles no son partidarios de obligar a los padres a llevar al día la cartilla de vacunación a la hora de escolarizar a sus hijos. «Es mucho mejor convencer porque además la obligatoriedad puede tener un efecto a largo plazo contrario», asegura el doctor Antoni Trilla, responsable del Departamento de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clinic de Barcelona. Reconoce también que es «una vía más penosa», pero cree que «es más rentable ganar la confianza de las personas mostrando la realidad de muchos de los problemas que puede haber si no te vacunas». Pese a todo Trilla recuerda que, aunque en España las vacunas no son obligatorias, existe la Ley de Medidas Especiales de Salud Pública, que señala que «en circunstancias especiales» el Estado, a través del Poder Judicial, sí puede exigir la obligatoriedad de la vacunación. «Afortunadamente, estas circunstancias no se dan».

Por su parte, el doctor Amós García-Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, ha puesto las cifras sobre la mesa. «Tenemos coberturas de vacunación magníficas, superiores al 95%. ¿Vamos a hacer una medida obligatoria para un 4% que además no es homogéneo? Si algo funciona, vamos a dejarlo como está», señala.

Sus reflexiones tenían lugar durante la rueda de prensa con la que la empresa biofarmacéutica MSD ha presentado la campaña ‘En un mundo, global las vacunas cuentan’, de cara a la Semana Mundial de la Inmunización que la OMS celebra todos los años la última semana de abril.

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