Toda la vida han sido parte habitual de nuestros aperitivos, pero a día de hoy, los frutos secos están más de moda que nunca, sobre todo por sus múltiples beneficios.

Según ABC, pese a que es un alimento alto en grasa, su aporte energético está lleno de nutrientes esenciales para el organismo. Según Adriana Oroz, dietista y nutricionista de Alimmenta, tienen entre un 50 y un 70% de gasa cardiosaludable, y además aportan proteínas vegetales, antioxidantes, fibra, minerales y vitaminas de los grupos E y B.

Júlia Farré, de Alimmenta, dice que contienen ácidos grasos esenciales que sólo podemos obtener a través de los alimentos. Son el omega 3 y omega 6, así como omega 9.

Lo bueno es que todos los frutos secos son saludables. Beatriz Cerdán, nutricionista del centro Aleris, indica que por ejemplo los pistachos son fuente de hierro y las nueces de omega 3, mientras que las almendras son ricas en calcio.

Eso sí, se deben evitar frutos secos fritos, salados, azucarados o con miel. Lo mejor es que estén crudos o tostados y que las piezas sean enteras.

El consumo ideal está entre los 20 y 30 gramos diarios, es decir, la cantidad que cabría en un puño de tal manera que cobramos la parte superior y las yemas de los dedos queden a poca distancia de la mano. Y tener en cuenta otros factores, como que por ejemplo, los cacahuetes o los altramuces no son frutos secos, sino legumbres.

Sobre cómo comerlos, lo mejor es hacerlo enteros, pero también se recomienda comerlos en yogur, en purés o ensaladas o en mantequillas o cremas siempre y cuando no se añadan otros ingredientes.

Otra recomendación de las expertas es tomarlos entre horas y después de una pieza de fruta, un yogur, queso o algún dulce.

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