El foco informativo ha permanecido durante el último mes en el número de fallecidos por Covid-19. Triste e imprescindible dato para evaluar las medidas adoptadas y realizar un pronóstico. A pesar de la relevancia de dicha información, la calidad de esta cifra es mediocre. La macabra estadística está afectada de muerte por problemas metodológicos y de recopilación de la información.

El acceso a estadísticas de calidad es fundamental para las economías desarrolladas y sus ciudadanos. El uso adecuado de datos genera valor añadido y salva vidas. En los tiempos que corren, la posible utilización de datos va mucho más allá de la mera contabilización de decesos. La información susceptible de utilizarse contra la pandemia es mucho más variada que el número de muertos.

Han pasado casi dos décadas desde la vieja anécdota en la que la cadena de supermercados Target era capaz de anticipar a un padre mal informado, con el envío a su domicilio de publicidad de productos para bebé, el embarazo que todavía no había comunicado su hija adolescente. Desde entonces, el volumen de información y la capacidad de tratamiento se ha multiplicado. El acceso a datos es cada vez más sencillo. En la actualidad, el análisis de la información puede hacerse en cualquier sitio (hoy por hoy en casa) con un ordenador portátil. Los programas para su manejo son gratuitos y las capacidades informáticas están más extendidas.

La información es muy valiosa, por eso en las guerras se manipula y se difunde de manera controlada. Pero en esta lucha contra el Covid-19 el adversario no tiene capacidad para utilizarla. Por este motivo, la información que pueda ayudar a terminar con el enemigo biológico debe ser pública.

Las iniciativas contra la pandemia

El avance de la ciencia para el bien de la humanidad descansa sobre parámetros que fomentan el acceso a la información. El progreso científico depende en ocasiones de la capacidad artística e imaginativa del investigador.

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