Si hay una actividad vital que parece estar hecha para disfrutarse es la sexualidad. La evolución ha dotado a la especie humana de unos órganos cuyo cometido es literalmente generar placer sexual y, sin embargo, el sexo sigue siendo motivo de quebraderos de cabeza. Más de lo que a lo mejor nos gustaría reconocer, incluso ante nosotros mismos.
En las últimas décadas, el avance de ciertos movimientos sociales, como el feminismo o el LGTBI+, ha puesto la sexualidad (y especialmente la libertad sexual) en el centro del debate, con esperanzadores logros para las comunidades más reprimidas culturalmente en estos aspectos. Sin embargo, se da la paradoja de que la demografía a priori más libre y privilegiada en este sentido parece quedarse atrás.
«Los hombres no hablan de su sexualidad»
Esto es lo que opina Ana Lombardía, sexóloga experta en bienestar y salud sexual de la firma We-Vibe y autora del libro Hablando con ellos. La sexualidad de los hombres hetero. «Parece que el hombre heterosexual y tradicional cuenta con muchos privilegios en lo sexual, pero el modelo de masculinidad que existe a día de hoy en nuestra cultura es también perjudicial para él. No hablan de su sexualidad, pese a que están sometidos a muchísima presión»,