Los farmacéuticos han mostrado este lunes su sorpresa tras el anuncio del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de que a finales de semana las farmacias comenzarán a dispensar el equipo de protección más buscado durante la crisis del coronavirus. Aun así, se han ofrecido a colaborar con el Gobierno para la distribución controlada de estos elementos.

Marlaska ha dicho este lunes que el Gobierno tiene la voluntad de que a finales de esta semana las farmacias podrán disponer de mascarillas, que vendrán tanto de la producción nacional como de la importación. Desde que se decretó el estado de alarma, el Ejecutivo ha adaptado la industria del país para que aumente la fabricación de material sanitario, también por las dificultades para adquirirlo en el extranjero. En total, ha repartido 40 millones de unidades a las comunidades autónomas.

Hasta este lunes, sólo los trabajadores críticos (sanitarios, transportistas o los profesionales que retomaban sus actividades estos días) habían recibido mascarilla. A estos grupos se han sumado el lunes los ciudadanos que han tomado los transportes públicos: la Policía Nacional repartió en intercambiadores y estaciones diez millones de equipos, además de las que distribuyeron los ayuntamientos.

Pero falta el último paso. Desde que empezó la crisis sanitaria, las farmacias han quedado desabastecidas de mascarillas, y aún lo están. De ahí su extrañeza ante la previsión del Gobierno de ofrecerles este material durante la semana, y más sin haberles consultado.

En cualquier caso, los farmacéuticos se han ofrecido al Ministerio de Sanidad para la distribución controlada de mascarillas a la población a través de la tarjeta sanitaria, sin margen para las farmacias y al precio intervenido que establezca el Gobierno.

«Nos ofrecemos a garantizar su acceso en condiciones de igualdad a los 47 millones de españoles, distribuyéndolas a margen cero. Es decir, sin ninguna ganancia ni beneficio para la farmacia, en las condiciones y precio que fije que Gobierno.

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