Infarto, cáncer de pulmón, accidentes de tráfico, suicidios, ictus, cirrosis, tuberculosis, VIH, homicidios… De las 40 principales causas de muerte en el mundo, 33 reducen más la vida de los hombres que de las mujeres. El resultado es que una niña nacida hoy vivirá 74,2 años de promedio, 4,4 más que un varón.
Son datos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar en su Resumen de estadísticas mundiales de salud 2019, que analiza las diferencias sociodemográficas y entre sexos en la esperanza de vida. Las grandes conclusiones no son nuevas: en los países pobres la esperanza de vida es menor (18,1 años menos que en los más ricos) y las mujeres son más longevas. Pero detrás de estos trazos gruesos hay detalles que ayudan a entender los números y claves para mejorarlos. “El desglose de los datos es vital para comprender quién se está quedando atrás y por qué”, afirma en un comunicado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Las razones por las que países de ingresos bajos tienen menos esperanza de vida resultan previsibles: peores sistemas sanitarios, nutrición deficiente, enfermedades infecciosas, complicaciones en el parto (tanto para la madre como para el hijo), problemas con el agua y el saneamiento. Pero ¿por qué las mujeres viven más que los hombres? Los motivos son variados y los hay tanto naturales como sociales.
“Biológicamente, las mujeres tienen un sistema inmunitario más fuerte, lo que provoca que, sobre todo en países de bajos recursos, los niños de hasta cinco años mueran más que las chicas”, explica en conversación telefónica Richard Cibulskis, autor principal del informe. Esto explica, desde el punto de vista evolutivo, que nazcan más varones: de los 141 millones de bebés que vendrán al mundo este año, 73 millones serán chicos y 68 millones, chicas. Una diferencia de 105 o 110 niños por cada 100 niñas es esperable por causas naturales. Pero, como explica el especialista de la OMS, hay en países en los que esta ratio puede aumentar hasta 120 por cada 100,